El milagro de existir
Así va pasando el tiempo, hasta que el silencio rimado con la presencia atenta del proceso de existir, sentir, pensar o percibir se vuelven uno con el ser que habita todos los fenómenos de la experiencia propia y posible. Chuang Tse expresó lo siguiente: “El Cielo, la Tierra y yo nacimos al mismo tiempo; y toda la vida y yo somos uno”. Esta comprensión, advertimos finalmente, envuelve todo entendimiento en un único ritmo que configura toda la experiencia, llegando así la dicha de la sabiduría perenne, viendo que nada puede faltar, que somos todo lo que es, que siempre hemos sido ese ser que habita el Ser que se manifiesta en el camino, otorgándonos ser partícipes del milagro de la creación, experimentando en nosotros todo ese milagro. Siendo, en conclusión, nosotros, el gran milagro que se ha de descubrir: que está ya en nosotros, totalmente accesible, abiertamente realizable, abarcándolo todo. En cualquier parte se está expresando el milagro de existir.
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