La naturaleza real del ser
La naturaleza real del ser brilla en un no saber inmenso. Se hace presente en lo ilimitado, en el misterio sublime, en lo perplejo... El último peldaño de la sabiduría es como el primero, la inocencia. El último peldaño del saber nos arroja al no saber, y el ser mora ya más allá de una mente o de una razón medible. El ser mora en otro lugar, en otra dimensión, en otro espacio ilimitado, sin fronteras. El ser mora en el corazón, en la dimensión de lo eterno, en el paraíso de los silencios pacíficos y de las simples verdades calladas. El amor susurra como música que mece el alma y la envuelve en el sentir de la esencia inmutable, verdadera. La naturaleza real de uno está siempre con uno mismo, pues es lo que somos. Morar en ella, saber de ella, sentirla, realizarla... es caer en el amor del ser. Y así, sin palabras, el ser se expresa... y respira lo eterno.
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