La eterna evidencia de ser
Toda auténtica enseñanza
espiritual nos dirá: "sé tú mismo". Este es el método directo. Quizás
uno se pregunte, ¿cómo he de ser yo mismo?, ¿qué he de hacer para ser yo mismo?; y
vemos que la pregunta es por sí misma tautológica: no se puede hacer algo en
concreto para ser lo que somos. Es por ello que ser uno mismo es la forma
directa de experimentar nuestra verdadera esencia. La esencia de lo espontáneo
y natural, de lo inocente y eternamente evidente: aquí está la respuesta tan
buscada, en lo que eres, en ti.
Deja atrás todo esfuerzo y también
incluso abandona todo esfuerzo por liberarte del esfuerzo. Así de sencillo es,
no hay que hacer nada. Sé tu mismo, regresa al punto de partida que es también
el de llegada, el punto cero que es sin tiempo y sin espacio y por ello
absoluto en su real presencia: aquí, ahora y siempre. El punto que nace del vacío
y que todo lo comprende. El punto del que los mundos son creados y regresan a su
silencio sin nacimiento en el sueño profundo. El punto que todo lo comprende y que se
manifiesta natural, autoevidente, en tu sensación de ser. Esta es la eterna
evidencia que vive en nosotros: Ser.
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