Misterioso no-saber
¿Quién soy yo? Sé que la respuesta vuela en el
aire cada vez que pronuncio la pregunta. Sé que este vuelo no se puede detener, ni atrapar ni
delimitar de ningún
modo. Sé que
la verdad de mi ser es simplemente que soy, que hay algo que es, que presencia,
que respira, que ve, que escucha o que siente. Sé que hay algo que presencia
todo esto. Sé que
ese que presencia es transparente, puro, indefinible, que está aquí y al tiempo no está en ninguna parte. Ese que
presencia, ese testigo, observa natural a esta conciencia espontánea que vuela en el aire como
un pájaro
sin rumbo aparente, planeando bajo las nubes, surcando paisajes bañados por la cálida luz de un sol que colorea
tierras, plantas, océanos puros e interminables.
Yo no sé quién soy pero soy eso que ve y
que se ve y todo es conmigo y a la vez nada me pertenece ni soy nada en
concreto. Yo no sé
quién soy pero abro los ojos y este mundo cobra presencia en mí. Este mundo, este escenario
amado de conciencia en aparente dualidad (tú y yo) se unifica en el amor
del ser cuando "yo" desaparece. Entonces no hay sentimiento de
separación y
el sufrimiento o el deseo cesan, simplemente no hay nadie ahí, quedando todo, perfecto como
es. Este ser, este veedor del mundo y de los sueños, aparece eterno al corazón de la unidad y del amor.
"Yo soy el Brahman", dicen los Upanisad hindúes. "Yo soy lo
eterno"... dice lo eterno callando, solo siendo, sin necesidad de cambiar
o de modificar nada, pues todo es perfecto en la conciencia de Brahma, en el
sueño
sagrado de Dios.
Esta vida
es un sueño
misterioso hecho de partículas de totalidad... Yo no sé quién soy, pero ahora este corazón late y respira esta
totalidad. Yo no sé quién soy... pero soy... y acontece este milagro que es certeza
eterna de luz. Esta noche cerraré los ojos, dormiré... y por un milagro incontestable alguien soñará o despertará mañana respirando este mundo y
volverá a
ser uno con él.
Este
no-saber quién
soy, esta aparente ignorancia presente, es a la vez la mayor certeza que jamás he tenido de mi ser.
Y sin
saber nada, tocado por una comprensión que me trasciende, guardo silencio. Y el corazón late, y el amor se oye...
como un sonido eterno.
Comentarios
Hago mias tus palabras, gracias amigo, una vez más
namasté