Amor primordial
Nuestra imagen real no puede verse.
Somos más allá de las luces y sombras,
en el espacio interior del ser
donde el silencio nada nombra
y se escucha el Nombre verdadero.
Un paisaje del alma callado
y absorto en lo Absoluto.
Ese es el ser real que es tocado
en la meditación profunda,
en la visión plena y consciente.
Ahí permanece la esencia sin forma,
el vacío de donde todo surge:
una luz en la inmensidad del universo
donde brilla eterno el amor primordial.
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